El Maestre Aemon es el Maestre del Castillo Negro y de la Guardia de la Noche. No hay mejor ejemplo para explicar que significa entrar en este cuerpo en el que todo el pasado queda a un lado. El Maestre Aemon es en realidad Aemon Targaryen, hijo de Maekar I, después de que sus hermanos mayores Daeron y Aerion murieran Aemon se convertía por derecho de nacimiento en Rey de Poniente. Sin embargo, renunció a su cargo en favor de Aegon, su hermano pequeño al que se conoció como Aegon V El Improbable.
El carácter de Aemon está muy alejado del de los Targaryen. Por supuesto, no tiene ni una gota de locura pero tampoco de ese orgullo que lleva a Daenerys a erigirse en libertadora de esclavos y a luchar por el trono de su padre. Aemon es un hombre al que los años le han dado paciencia y la perspectiva suficiente de la vida. Es un anciano simpático, sabio y achuchable, uno de los personajes más tiernos de la Canción de Fuego y Hielo.
Aemon se formó como Maestre de la Ciudadela y se marchó a servir al fin del mundo conocido. Desde su posición de hombre la Guardia de la Noche y de Maestre no puede tomar partido en los asuntos de los reinos. Aemon tuvo que ver la caída de su familia desde El Muro, sin poder ir a socorrerles, algo que le torturará hasta el día de su muerte. Así se lo explica a Jon cuando se entera de que Robb marcha a la guerra para liberar a su padre, Eddard Stark.
Cuando comienza Juego de Tronos, Aemon tiene ya más de 100 años, conociendo así a tres generaciones de Targaryen sobre la tierra. Está ciego y su salud está bastante deteriorada. Aún así su sabiduría sigue siendo un arma impagable en el Castillo Negro. Su necesidad llega hasta el punto de que Jon le envía junto a Sam a la Ciudadela para que se forme y poder tener a otro maestre decente cuando Aemon fallezca.
Aemon planea con Jon el intercambio de los bebés -el hijo de Mance Ryder por el de Elí- y comparte la opinión del nuevo Lord Comandante en enviarles a él, Sam, Daeron y Elí hasta Antigua. Desgraciadamente Aemon no aguanta el viaje, algo que él mismo ya esperaba y fallece después de salir de Braavos en dirección a la Ciudadela.
Sus últimos pensamientos se dirigieron hacia los Targaryen, su familia, que se desangraba a manos de los Lannister, Stark y Baratheon mientras él estaba en El Muro. También hacia Daenerys, la última superviviente de su casa, perdida en el este, pero con dragones. Sobre dragones también desvaría, él es uno de los pocos hombres vivos que pudo verlos, pero demasiado débiles para guerrear.